DOS PROCESOS DE DESARROLLO HUMANO, DIFERENTES ENTRE SÍ
El coaching y el mentoring son dos procesos de acompañamiento para el crecimiento y desarrollo de las personas, no obstante, lo hacen con unos objetivos y requerimientos diferentes. Veamos cuándo acudir a un proceso de coaching o de mentoring.
COACHING: Las respuestas están dentro de ti.
El coaching parte de la máxima socrática de que, en el proceso de aprendizaje, a las personas sólo se les puede ayudar a descubrir la verdad que está dentro de ellas mismas. En este sentido, es un proceso conversacional entre un coach y un cliente, en el que el primero, a través de preguntas, (de autoconciencia y transformadoras), acompaña al cliente a que encuentre las respuestas, de aquello que anda buscando mejorar, y que están sólo dentro de él.
El coach ha de ser experto en “el arte de escuchar, preguntar e inquirir”, pero no es necesario que sea experto en lo que el cliente quiere mejorar o conseguir, por ello, parte de la base de que “el cliente es experto de sí mismo”, y el proceso de coaching le facilita el descubrir sus propias respuestas.
MENTORING: Las respuestas están fuera de ti.
El Mentoring es un proceso de aprendizaje y desarrollo en el que el mentor o tutor es un guía, un asesor o un maestro de un cliente-aprendiz; y le muestra, a través de sus conocimientos y experiencia, lo que el cliente-aprendiz necesita aprender para el desarrollo de sus capacidades y habilidades.
El mentor guía, orienta, asesora, enseña y aconseja al cliente-aprendiz. El mentor “es experto en la materia y habilidades objeto de la mentorización”. El cliente se desarrolla en base a adquirir los conocimientos y destrezas que el mentor le enseña y muestra.
COACHING vs MENTORING
COACHING | MENTORING |
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Pregunta de forma autoconsciente y transformadora. | Aconseja, guía, asesora, enseña. |
El cliente es experto de sí mismo, él tiene las respuestas. | El experto es el mentor, él tiene las respuestas. |
Ayuda al autoconocimiento, a descubrir el potencial de la persona, lo que quiere y de lo que es capaz, a cómo trascender sus limitaciones y a cómo accionar desde lo que quiere. | Ayuda a que la persona aprenda conocimientos y habilidades a partir de los conocimientos y experiencia del mentor. |
Proceso de duración al corto/medio plazo, orientado a la solución y acción, articulado en sesiones semanales y/o quincenales. | Proceso de duración al medio/largo plazo, orientado a adquirir conocimientos y habilidades, articulado en sesiones de una o varias a la semana. |
El ritmo y la dirección lo marca el cliente hacia el objetivo que quiere trabajar y alcanzar. | El ritmo y la dirección lo marca el mentor hacia los conocimientos y experiencias que se han de enseñar. |
Recomendable para conocimientos y habilidades que el cliente tiene, (latentes o explícitos), y requiera de descubrirlos y mostrar su potencial. | Recomendable para conocimientos y habilidades técnicas que el cliente no tenga en sí mismo. |
Entonces, ¿cuándo elegir coaching o mentoring?
Por todo lo expuesto, es importante decidir bien cuándo elegir un proceso de coaching o de mentoring.
A un proceso de mentoring es recomendable acudir cuando los conocimientos o destrezas que necesito adquirir y desarrollar “no están dentro de mí”, (conocimientos y habilidades técnicas); por el contrario, a un proceso de coaching es recomendable acudir cuando los conocimientos o destrezas que necesito “están dentro de mí” (de forma latente o explícita), son una potencialidad mía que necesito descubrir y mostrar.
Pongamos un ejemplo:
Imaginemos que a una persona la ascienden de técnico a mando intermedio, las habilidades de liderazgo y dirección de equipos que necesita en el nuevo puesto, difieren del anterior.
¿A qué proceso debe acudir?
Si se decide por un proceso de mentoring, el mentor le acompañará durante un tiempo enseñándole cómo ha de liderar y dirigir a su equipo desde la experiencia y conocimientos del mentor, pero: ¿las habilidades de liderazgo y dirección de equipos son “imitables”? ¿cuál es el auténtico estilo de liderazgo del cliente-aprendiz? ¿cuál es su propósito con respecto a la organización y a las personas que dirige? ¿cuáles son sus valores? ¿qué cualidades suyas van a hacer que los demás reconozcan su liderazgo? ¿qué aspectos de sí mismo van a permitir alinear y cohesionar al equipo hacia el objetivo común? ¿qué “miedos” y creencias limitantes pueden dificultar el óptimo ejercicio de su liderazgo y dirección de su equipo? ¿cómo los puede trascender y transformar desde sí mismo?
A todas estas cuestiones, sólo se puede responder desde un proceso de coaching, en el que se facilita que el cliente descubra y de solución a los retos que su nueva condición de mando intermedio le plantea. Sólo desde este proceso, el cliente puede descubrir qué líder quiere y puede ser… qué líder es, y cómo actuar con su equipo y su organización desde todo su potencial.
Vemos que, en algunos casos, también será recomendable compaginar ambos procesos, ya que ambos aportan y enriquecen el aprendizaje y desarrollo de las personas. En el ejemplo anterior, el coach me ayuda a ver qué líder soy y cómo mostrar todo mi potencial; si me apoyo también en un proceso de mentoring, puedo descubrir otras maneras de actuar como líder que me pueden ser útiles en mi ejercicio profesional.
Cada uno ha de elegir en función de sus objetivos y necesidades… Todo “Suma” en nuestro desarrollo y crecimiento, y podemos “nutrirnos” de todas las fuentes de conocimiento y experiencia que la vida nos brinda. El aprendizaje, descubrimiento y crecimiento es un camino que dura toda la vida… “Caminemos”!!!