Piensa en las situaciones que has vivido en la última semana e identifica la emoción o emociones que has sentido en cada momento y situación:
- ¿Eres capaz de identificar cada emoción?
- ¿Has sido consciente en el momento de lo que sentías?
- ¿Has podido comprender y entender el por qué y el para qué de dicha emoción?
- ¿Has sido capaz de gestionar y dar respuesta a cada una de esas emociones y no ha sido tu emoción la que te ha dirigido a ti?
En esta última semana y respecto a los interlocutores con los que te has relacionado:
- ¿Has sido capaz de identificar la emoción que sentía tu interlocutor?
- ¿Has comprendido la emoción de tu interlocutor?
- ¿Has podido responder e interactuar con tu interlocutor atendiendo dicha emoción y no has reaccionado defendiéndote, excusándote o atacando?
Si a todas estas cuestiones has respondido afirmativamente, podríamos decir que has actuado haciendo uso de tu Inteligencia Emocional.
Entonces, ¿qué es la inteligencia emocional? La inteligencia emocional es la capacidad y/o habilidad que tenemos de identificar, comprender y gestionar nuestras emociones y las de los demás de forma asertiva y constructiva.
La inteligencia emocional está ligada a nuestra “capacidad de respuesta en la vida” y a nuestra “resiliencia”. Por ello, hoy día está demostrado que el éxito en la vida depende más de nuestra inteligencia y gestión emocional, que de nuestros conocimientos, nuestra lógica y nuestra racionalidad, (coeficiente intelectual).
Ambas inteligencias son necesarias, no obstante, la diferencia la marca la Inteligencia Emocional.
¿Qué me aporta la inteligencia emocional?
Sabemos qué es la inteligencia emocional, pero, ¿qué nos aporta en nuestro día a día?
Piensa en las decisiones y logros más importantes de tu vida, y pregúntate: ¿qué te motivó a tomar cada una de esas decisiones? ¿Qué emoción/es estaban presentes en ti? ¿Cómo gestionaste y trascendiste las emociones relacionadas con la duda y los miedos? ¿Qué emoción/es te posibilitaron tomar cada una de esas decisiones?
Si puedes responder de forma consciente, profunda y específica a estas cuestiones, verás que se manifiestan los elementos que nos explican qué es la inteligencia emocional:
1. Autoconocimiento o autoconciencia

El autoconocimiento nos permite indagar en nosotros mismos para identificar, analizar y comprender nuestros pensamientos, emociones, decisiones y acciones; y también, conocer nuestros recursos internos (habilidades, capacidades), y nuestras áreas de mejora.
Decimos que: “Lo que no conozco de mí, me dirige”, ya que, a nivel inconsciente, hay todo un mundo de razones que nos llevan a actuar de una forma determinada.
En la medida que hacemos un trabajo de autoconocimiento, vamos identificando los pensamientos y emociones inconscientes, y los vamos comprendiendo y gestionando de forma efectiva para nuestra vida, desarrollando así, nuestra inteligencia emocional.
Como decía Hermann Hesse “la verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo”.
2. Autocontrol
Piensa en las situaciones en las que no has podido gestionar bien tus emociones, y por tanto; tus acciones se han visto condicionadas por ellas, no consiguiendo el resultado deseado. ¿Qué hubieras necesitado para identificar, gestionar y trascender dicha emoción?
El autocontrol emocional nos permite “autorregular” la emoción, es decir, ser capaz de identificarla, comprenderla, sostenerla y transformarla.
Si una situación me enfada, o me da miedo,… En definitiva, activa una emoción limitante en mí; el uso de mi inteligencia emocional, me permite:
1. Identificar en el momento la emoción que siento.
2. Poder indagar y comprender qué hace que sienta esa emoción.
3. Y, finalmente, reconocer los recursos internos que tengo para gestionarla y transformarla:
- ¿Qué me dice la emoción?
- ¿Cómo puedo mostrarlo de forma constructiva?
- ¿Qué capacidades mías pueden ayudarme a trascender esa emoción?
- ¿Cómo actuaría si hubiera trascendido esa emoción?
- ¿Cuál es mi objetivo en esa situación?
- ¿Qué habilidades y capacidades mías necesito para ir hacia ese objetivo y trascender la emoción limitante?
3. Automotivación
- ¿Sabes el por qué y para qué de cada una de tus acciones y decisiones?
- ¿Tienes objetivos y metas que quieres y puedes alcanzar?
- ¿Identificas cuál es tu propósito vital?
- ¿Sabes y haces lo que te gusta y te apasiona?
- ¿Qué es importante para ti?
- ¿Conoces y atiendes tus necesidades emocionales?
- ¿Tomas tus decisiones y actúas en tu vida en coherencia con tus objetivos y con lo que es importante para ti?
- ¿Estás y te sientes motivado con todo lo que eres y haces?
Responder a estas cuestiones te ayuda a ser consciente de tu nivel de automotivación en tu vida, y por tanto de tu inteligencia emocional, y de qué áreas de ésta requieren mayor atención en este momento.
La motivación podría ser definida como “lo que me mueve a accionar”, por ello; la motivación es siempre automotivación, tú decides qué te mueve en la vida y en cada situación. Como decía un profesor que tuve: “Con ducha y jabón, motivación”.
4. Empatía
La empatía es la capacidad de reconocer las emociones de los demás, ponerse en el lugar del otro; ser capaz de identificar y entender lo que el otro siente.
El 93 % de la comunicación con los demás se realiza a través del lenguaje no verbal (voz y disposición corporal), las palabras apenas representan el 7 % en la comunicación con el otro.
A través del lenguaje no verbal transmitimos lo que pensamos y sentimos, de ahí la gran importancia de la empatía, como capacidad para descifrar e interpretar ese lenguaje.
En tu relación con los demás:
- ¿Has podido verificar que lo que tú interpretas sobre lo que siente otra persona es cierto?
- ¿Los demás acuden a ti a compartir sus preocupaciones, pedirte consejo,…?
- ¿Te gusta escuchar a los demás?
- ¿Los demás te dicen que se sienten comprendidos por ti?
- ¿Cuándo actúas tienes en cuenta las emociones que siente y las que puede sentir el otro?

Estas cuestiones te pueden ayudar a ver cómo está tu empatía y en qué aspectos se ha de desarrollar para aumentar tu inteligencia emocional.
5. Interdependencia (habilidades relacionales o sociales):
De la gente con la que tienes que interactuar en tu día a día:
- ¿Cómo te relacionas con la gente de tu entorno, tanto con lo que tienes más afinidad como con los que no tienes tanta afinidad y/o no te caen bien?
- ¿Eres capaz de ver lo útil y valioso de todas las personas con las que te relacionas, incluidas con las que no tienes afinidad o no te caen bien?
- Cuando alguien actúa de forma inadecuada, piensas primero “¿cómo se atreve a actuar así y/o hacerme sentir mal?” o “¿qué le ocurre que está actuando de esa forma inadecuada?”
- ¿Te tomas como personal lo que hacen o dicen los demás? o ¿eres capaz de saber (y sentir) que el comportamiento no asertivo de otra persona le pertenece a esa persona y no es por ti?
La inteligencia emocional en las relaciones interpersonales permite que no nos centremos tanto en lo que nos hace sentir el otro, si no, en los motivos que le llevan a actuar al otro de esa forma. Este enfoque nos da la capacidad de articular una conversación asertiva y constructiva, tanto para gestionar la emocionalidad del otro, como para gestionar la nuestra.
Por lo tanto, contestando a la pregunta inicial sobre qué es la inteligencia emocional y que nos aporta en nuestro bienestar y en el de nuestro entorno; la inteligencia emocional permite que podamos relacionarnos de forma satisfactoria, tanto con nuestros afines como con los que no lo son.
¿Por qué desarrollar mi inteligencia emocional?
De lo expuesto anteriormente, habrás observado que:
- Las decisiones que tomamos están influenciadas, en mayor o menor medida, por nuestras emociones, independientemente de que existan, también, razones lógicas y objetivas.
- Cada uno de nuestros comportamientos (acciones), lleva detrás un pensamiento y una emoción que lo sustenta e impulsa.
- No siempre soy consciente de las “razones” reales de mis decisiones (pensamientos y emociones), por eso decimos: “Lo que no conozco de mí, me dirige”.
Además, actualmente, las organizaciones y empresas en los procesos de selección de personal valoran más las habilidades y cualidades relacionadas con la inteligencia emocional, que sólo los conocimientos y experiencia en el puesto a cubrir.
Una persona con alta inteligencia emocional tendrá mejor desarrolladas las habilidades de: trabajo en equipo, comunicación, gestión emocional y gestión de conflictos, toma de decisiones, gestión de la incertidumbre y el estrés, proactividad, automotivación, resiliencia, creatividad,…
Por todo ello, necesitamos ser personas con inteligencia emocional.
¿Cómo desarrollar mi inteligencia emocional?
El último paso que debes dar después de conocer qué es la inteligencia emocional y sus aportes, es desarrollarla, pero, ¿cómo?
Para desarrollar nuestra inteligencia emocional y por ende, las habilidades descritas en el párrafo anterior, tenemos varias vías:
- La “escuela de la vida” (nuestras experiencias vitales).
- Las formaciones específicas y experienciales.
- Los procesos de autoconocimiento y desarrollo como el coaching.
Si quieres desarrollar tu inteligencia emocional podemos ayudarte a través de nuestras sesiones de coaching en Alicante. Para más información, te invito a contactar con nosotros.